El trayecto en un autobús para ir de Cuzco a Arequipa fue muy tranquilo, cama de 180º, manta de cortesía y algo de picar. Me pasé todo el trayecto dormido después de la paliza de Cuzco, Machu Pichhu y la aventura de la montaña de los siete colores. Ahora tocaba descubrir qué hacer en Arequipa en dos días.
Arequipa
En la estación de autobuses negocié un taxi por 8 soles hasta la plaza de armas. Desayunar algo buscar hostel. Al final me decanté por el Flying dog hostel Arequipa. Todo un acierto, muy bonito, tranquilo con un patio donde desayunar… , bien ubicado, limpio y muy muy barato. Recomendable sin duda.
Tras dejar las cosas me fui a recorrer un poco arequipa y como tenía entre ceja y ceja probar el famoso rocoto relleno de Arequipa, busque una buena picantería que además de ser muy buena era muy chula: El nuevo Palomino. Al toro lado del río en una callecita petonal. Que maravilla, bien picantito con una cerveza, café y un pisco 37 soles.
Después de comer, para conocer y situarme un poco mejor en la ciudad, me paseé por la plaza de armas, visité los claustros de la compañía (visita gratuita para admirar las filigranas de la arquitectura colonial en la amosa roca blanca de Arequipa) que entre otros dan nombre a Arequipa: la ciudad blanca.
Una vez en la plaza de armas me paseé por las diferentes agencias de viajes para hacer la excursión del Cañón del Colca. Tenía pensado hacerla por libre, y de hecho lo que es el treking es muy fácil, no es necesario ningún guía pero si lo que quieres es llegar hasta el cañón del Colca desde Arequipa en transporte público la cosa se complica un poco y hace falta más tiempo porque está realmente lejos, como a unas 5 horas de auto bus. En mi caso, como quería hacerlo en dos días y estar de vuelta para llegar al autobús de Arequipa a Nazca, no tenía más opción que hacerlo «organizado». Esta vez si que toca madrugón, me pasarán a buscar por el
el Flying dog hostel Arequipa sobre las 2:30 de la madrigada.
Con el susto en el cuerpo me fui a ver uno de los sitios imprescindibles de Arequipa: el convento de Santa Catalina. Es una visita imprescindible, una ciudad dentro de la ciudad. Es como un pequeño pueblo redoado por los muros que lo separan de la ciudad. Cada calle pintada de un color y con habitaciones preparadas como eran antiguamente para poder ver el estilo de vida de las mojas en aquella época. Merece la pena pagar los 40 soles que cuesta la entrada.

A pesar de ser una turistada, no quería perder la ocasión decenar en uno de los restaurantes de los balcones de la plaza de armas. Como era de suponer no fue muy bueno, seguramente de los peores de todo el viaje, pero disfrutar del anochecer y ver como se van encendiendo las luces de la plaza según anochece es un espectáculo en sí mismo.
Más pronto que tarde me fui a intentar dormir para soportar el magrugón de las 2:30AM. Al día siguiente, la organización fue bastante desastre… entre que no venía el bus o faltaba alguien o que había que cambiar de ruta de recoger a otros pasageros porque se habían confundido de hotel… vamos que hasta las 6 no salimos de Arequipa dirección cañon del Colca. Yo no daba crédito! 3’5h dando vueltas por Arequipa!
Cañón del Colca
Como íbamos con bastante retraso por todo el caos que se habían montado en Arequipa las tres paradas previstas fueron pim pum además de no valer mucho la pena. De Camino a la cruz del Cóndor paramos en la carretera para ver uno que nos sobrevolaba, pero luego ya no vimos ningún otro.
El cañon está a mucha altitud y algunas personas se quejaban de alguna molestia por el mal de altura, como yo ya venía entrenado no tuve problemas. El primer tramo es todo bajada, muy fácil. Tras cruzar el puente sobre el río una comida ligera y por la tarde un poco más de caminata entre las laderas rojas del cañon más profundo del mundo y tras pasar algún puesto de venta de bebidas y chucehes, llegas, más o menos a la hora de la puesta de sol al oasis del Colca. Después de todo el día andando, ver ese vergel en mitad de la aridez del Colca y poder pegarte un baño en la piscina del hotel para quitarte el polvo del camino es realmente una maravilla, un lujazo que no hay que perderse.
Con la suerte de que más o menos los 6 que componíamos nuestro grupo estorbamos en forma, empezamos con las cervecitas para celebrar la llegada al Oasis, como siempre, la última se notaría al día siguiente. A las 4:45 era el toque de diana para desayunar y comenzar la subida del cañón del Colca.
Nada más terminar de desayunar, a oscuras, de noche, antes de que salga el sol para que la temperatura sea fresquita, nos colocamos los forntales y empezamos la subida. Una pared vertical por la que zigzaguea un sendero plagado de luces, los forntales de los «montañeros».
La subida del cañon del Colca es corta pero dura. Una subida vertical de 1000m de desnivel. Del grupo soy el único que puedo, más o menos, seguir el ritmo de Anita, una chica sueca, muy montañera y muy en forma. Así que, como las cabras vamos adelantando poco a poco a un montón de sufridores que se van quedando atrás. La cosa se complica cuando sale el sol y cae a plomo sobre nuestras cabezas. Enseguida amanece y te empieza a sobrar la ropa. En 2h 5mins, Anita y yo estábamos arriba. Tuvimos que esperar bastate rato a que llegaran todos los demás.
Tras recomponer el grupo, todos al autobús para volver a Arequipa, otra serie de paradas prescindibles y la de la hora de comer en un restaurante buffet del camino. Como yo no quise el buffet cuando contraté el tour 30 soles por un menú (dos platos y postre).
Una vez en Arequipa, como Pablo uno de los compis de viaje del treking de Machu Picchu por el Salkantay, acababa de llegar a Arequipa, quedamos para tomar un café. El loco de el no tenía suficiente con ir a hacer el Colca después de Cuzco sino que además después iba a subir el Misti, uno de los dos volcanes que vigilan Arequipa. Un treking especialmente duro por tienen que llevar toda la carga (agua en su mayoría) encima para dos días.
Para ir a la estación de autobuses para el trayecto Arequipa-Nazca, pillé un taxi pequeñito cerca de la plaza de armas 6 soles. Lo mejor fue cuando en la puerta de la estación, se queda parado e mitad de la carretera y me dice que baje a empujar que se ha quedado sin gasolina y que le ayude a meterlo en el parking… lo que no pase en este país… Empecé a sentir que el viaje estaba llegando a su fin, pero aún quedaban un par de hotspots: Huacachina e Islas ballestas.
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