La ciudad del Fenix, Feng Fénix macho y Huang Fénix hembra, la ciudad que más ganas tenía de visitar en este viaje por libre a través de China. Esta noche dormí de cine en el Destination Youth Hostel, sólo en la habitación de 6, me he despertado pronto con muchas ganas de montarme en el bus que saliendo de Wulingyuan a las 8:30 llega a Fenghuang a eso de las 13:30, unas 5h para recorrer 200 km por 100RMB. Una cosa importante que hay que saber de los autobuses chinos es que es necesario presentar el pasaporte para poder comprar el billete, aquí también debe estar el gran hermano chino vigilando los movimientos de los turistas. Es importante saber que si ya tienes un billete comprado a tu nombre no puedes comprar otro, así que, hay que estar muy al loro cuando vas a la ventanilla para no tener equivocaciones y futuros problemas. Para ver la diferentes conexiones y horarios de autobús resulta muy útil la web http://www.chinabusguide.com/ pero sólo se pueden realizar reservas con pasaporte chino, así que, te la tienes que jugar sobre la marcha una vez allí.
El billete a Fenghuang lo compré el día anterior tras bajar del parque nacional de Zhangjiajie y disfrutar de las montañas de Avatar. Aprovechando que estoy sólo en la habitación me pego un desayuno en condiciones y me meto todo pancho en la ducha, de repente, bajo el chorro de agua, al otro lado del tabique, oigo la puerta y un montón de voces… ¿pero que hora es? si es súper pronto que hace alguien haciendo el check-in a estas horas! Cojonudo un grupo de cinco chicas inglesas y yo con toda, toda, mi ropa sobre una de las camas fuera del baño, vaya espectáculo me casqué para salir de allí jajajajaj
Tras recuperarme de las risas, me fui directo a la estación de autobuses. La estación es un poco loca, la información de los paneles luminosos sólo está en chino, y tras un intento de obtener información poco efectivo, me dediqué a memorizar como eran los símbolos de Fenghuang para reconocerlos en los luminosos y carteles de autobús, así que, buscando el primero de los símbolos 凤 para mí: «casita con X dentro», me monté en uno de los buses. Tuve suerte de que mis compañeros de asiento fueran unos catalanes muy majos que tenían las mismas dudas que yo; nos tranquilizamos mutuamente.
Al llegar a la estación de autobuses de Fenghuang, ya tenía en el móvil preparada la frase para ir de Fenghuang a Guilin en autobús «¿Donde se compran los billetes de autobús para ir en autobús a Guilin?«. Con el traductor,como decía en los 10 consejos para sobrevivir en china por libre, hay que construir las frases lo menos ambiguas, lo más concisas, posibles para que utilice los sinónimos apropiados, al principio del viaje no conseguía hacerme entender muy bien, pero así, aunque parezca redundante casi siempre a la primera. Allí estaba yo, nada más llegar a Fenghuang, el primero haciendo cola para comprar el billete a Guilin para el día siguiente. Este billete es el más crítico porque sólo hay un bus que sale a las 11:00AM de Fenghuang a Guilin y no hay otra manera de ir, si lo pierdes, pierdes un día. 160RMB, unos 23€ por las miles de horas de bus que tiene que recorrer los 360km que separan las dos ciudades. Ojo, en Fenghuang hay dos estaciones de bus, una en el centro y otra a unos 5 km de la zona turística, los buses de larga distancia llegan y salen de esta segunda.
Cuando llegué al hotel de Fenghuang, nueva decepción, no era el hotel que había reservado en Booking, habían puesto una pizarra con tiza con el nombre pero no era el de las fotos, con decir que tenían dos hoteles y que el otro estaba lleno lo tenían todo arreglado. Como sólo iba a estar una noche y tenía ganas de ver el puente de piedra de Fenghuang lo deje pasar me quedé con la habitación que sin estar mal, era mucho peor de lo que esperaba. Este era mi día de capricho con una habitación doble para mi sólo… la habitación más cara del viaje.
Salí del hotel y simplemente girando la esquina me encontré con el río, el puente de piedra y toda la marabunta de gente que por allí estaba, en un puente, en el otro, a un lado del río y también al otro, increíble como puede haber tata gente en tan poco sitio. Saque mi cámara y me puse a andar, a sacar fotos, hipnotizado por la belleza de aquella ciudad. Buscando la soledad que se quería resistir. Tras rodear el río, pasear por la muralla, callejear por plazas y callejuelas, empezó a caer la luz.
Se me había olvidado comer otra vez, y esta vez si que tenía mucha hambre, así que me metí en el primer restaurante que vi sin fijarme si la carta tenía fotos, si ponía algo en inglés ni nada… como no podía ser de otra manera, todo en perfecto chino y sin imágenes, yo repasaba la carta con cara de póker esperando a que alguien viniera a atenderme mientras algunos turistas occidentales entraban miraban la carta y se iban, pero yo no, tenía tanto hambre que me comería cualquier cosa (menos, creo, las ratas, gatos o perros que había en las jaulas de algunos restaurantes). Por fin vinieron a atenderme, con el traductor le decía a la camarera que quería algo de pasta, noodles o algo de arroz.
Por lo visto no están acostumbrados a sugerir platos a los cliente, se bloquean, así que la camarera volvía a coger la carta y me indicaba que le dijera que es lo que quería, un plato específico. Cansado, señalé uno al azar. La china puso cara de sorpresa y se fue a echarse unas risas con sus compañeras sobre mi elección, o al menos eso me pareció. No rata, no perro y no gato, por favor. Sólo podía pensar en eso. Cuando por fin me trajo el plato eran unos peces secos, malos e insípidos… bueno, podría haber sido peor. Los panchitos esos, con el arroz cocido de acompañamiento me llenó y relajó un poco. La cervecita me refrescó lo suficiente para volver a tener ganas de recorrer la orilla del río de noche. (Cena 39RMB unos 6€)
A un lado del río están los hoteles y al otro la zona más turística con sus murallas tiendas y restaurantes. En cuanto cae el sol, la ciudad se transforma, las plazas de la zona antigua se inundan de luces y música a todo volumen con cientos de personas bailando al más puro estilo comunista, al son de un coreógrafo zumbero pero con música china dance o bailes más rollo taichi dependiendo de la plaza a la que vayas. La ribera del río de la zona de los hoteles se convierte en una gran discoteca llena de bares con música electro-china y showmans que su único objetivo es conseguir que todos los presenten beban hasta las cartolas. Y vaya si lo consiguen! Vaya fiestón, allí iba yo de bar en bar disfrutando del show y haciendo amigos chinos que querían hacerse un montón de fotos conmigo, creo que era el único ojos grandes de por allí. Cuando se hizo un poco tarde me fui a por un helado «italiano» que había visto en uno de los puestos, riquísimo por cierto, y ir a dormir. Preferí dejarles a ellos con la fiesta porque yo quería madrugar para conocer las primeras luces de Fenghunag.
La mañana llegó demasiado pronto, pero las luces bajas y las brumas sobre el río me aceleraban el pulso, joder, ya a estas horas la ciudad era un hervidero de gente, tenía tiempo pero tampoco podía demorarme demasiado, el autobús salía a las 11:00 desde la estación de las afueras tenía que desayunar, preparar la mochila de nuevo, hacer el check-out y hacerme entender por algún taxista. Tenía que aprovechar mis últimas horas en Fenghuang. Qué gozada de mañana, sólo por esto, merecía la pena la paliza de bus que implica venir por aquí.
Una vez en el bus, dejando atrás esta maravillosa Fenghuang, volví a coincidir junto a los catalanes en el bus y que estaban haciendo más o menos la misma ruta que yo. Además, casualidad, en los asientos de delante iban también una sevillana y una madrileña que se habían conocido durante sus respectivos viajes en solitario por china y habían decidido seguir unos días juntas. Este trayecto en bus es muy largo y da para hablar largo y tendido así que al final me encontré con que Yolanda y Misuka, sevillana y madrileña respectivamente, me preguntaban si me importaba que se vinieran a mi plan de treking por los arrozales del espinazo del diablo, los arrozales de Longseng al día siguiente desde Guilin. Pos fale, mientras no se me torciera mucho el plan… claro, ellas iban a estar como casi tres meses de viaje… pero yo sólo tres semanas, mi plan era mucho más apretado y estricto. Les conté mi plan para el día siguiente, les pareció bien y quedo todo más o menos claro, la idea era ir a recorrer las montañas de Longsheng por libre.
Inciso: Guilin también tiene dos estaciones de autobuses, los autobuses de Fenguan a Guilin o de Guilin a Longsheng salen de la misma, pero los que van de Guilin a Yangshuo salen de la otra. Por tanto, si tu idea de viaje es ir desde Fenghuang a Yangshuo en autobús, ten en cuenta esto a la hora de calcular el tiempo, tendrás que cambiar de estación.
Al llegar a Guilin era ya de noche, nos despedimos todos y nos fuimos cada uno por nuestro lado a nuestros respectivos hoteles. Supongo que los demás tendrían mucha más suerte que yo, porque después de andar como 45 minutos con mis mochilas a cuestas seguía sin encontrar mi hotel. Desesperado paré a una chicha joven por la calle y le pregunté por el hotel, no lo conocía. Con el traductor, le pedí que a ver si podía llamar desde mi móvil al hotel, sólo respondían al teléfono en chino, para que le explicasen donde carajo estaba. No me dejó, insistió en hacerlo desde el suyo. Total que el hotel estaba mal geolocalizado y estaba en la otra punta de Guilin. Y Guilin no es una ciudad pequeña (casi 5 millones de habitantes). Decidí pasar el hotel, escribí a booking para quejarme y no me cobraron la cancelación.
Reservé sobre la marcha en otro hostal que estaba casi en el centro con unas críticas buenísimas Ease Hostel Guilin. Que mala pata, me volvía a pasar lo mismo, tenía la ubicación pero era incapaz de encontrarlo. Esta vez, al menos hablaban e inglés pero como era incapaz de decir donde me encontraba porque todos los carteles estaba en chino, para el caso patatas. Directamente me fui a donde dos tipos chinos que estaban e un banco, uno de ellos con un bebé en brazos, y por gestos le dije que se pusiera al teléfono. Tras dos segundos en chino, el chico del bebé me agarró y me hizo seguirle, el hostel estaba en un callejón al final final de la calle. Para que digan que los chinos son desagradables o maleducados, en fin, para mi son lo mejor de china.
El hostel, sinceramente, creo que es uno, si no el mejor, hostel en el que haya estado alguna vez. BUENÍSIMO, se lo recomiendo a todo el mundo acierto seguro. Lo mejor de todo fue que cuando salí de pegarme una ducha para quitarme de encima el cansancio del bus entraron por la puerta Yolanda y Misuka, al final estábamos en el mismo hostel, no se como pudieron tardar más que yo en llegar. Yo andando, sin encontrar mi hotel, haciendo una nueva reserva, otra vez perdido, con el check-in hecho y duchado. No podía dar crédito, vaya rule turístico debieron pegarse en el bus de línea. jajajajaj
Una vez todo en orden, nos fuimos a cenar los tres juntos (una cena buenísima) y a comentar la jugada del día siguiente, yo quería hacer un treking de un día por los arrozales haciendo noche allí, ellas no lo tenían claro pero al final aceptaron barco como animal acuático, cambiar mis planes no entraba en la ecuación. Ya veríamos si en el hostel de Longsheng donde tenía la reserva había sitio o había que buscar otro alojamiento. Tras la cena vuelta al hotel para pedir que nos guardasen los mochilones una noche y reservar otra vez allí mismo la siguiente, a la vuelta de Longsheng. Todo fácil y sin problema. Todo comprensión y amabilidad, una gozada. Con una sonrisa y reventados nos fuimos a sobar que había que madrugar para ir al día siguiente a los arrozales del espinazo del diablo de Longsheng.
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Buena información… Gracias
[…] la terraza que es una gozada. Al hacer el check in me encontré con los compañeros catalanes del bus de Fenghuang que también se alojaban allí, echamos unas risas y me fui a pegar una ducha. No los volví a ver […]
[…] y en un día ves sus canales y sus jardines. Y aunque tenía esa idea, Yolanda, mi amiga de Fenghuang, Longheng y Yangshuo, me habló muy bien de otro pueblo que “no está lejos” de Suzhou, […]
[…] iba a pensar yo que tras un día tan fantástico en Fenghuang de mi viaje cruzando China por libre, este iba a ser otro de los días más bonitos de todo el […]