Llevaba muchos años con ganas de viajar a Sudamérica ya que los últimos años he optado más por Asia (Diario de viaje a China 2017), y aprovechando que este año me había guardado muchos días para el viaje (todo un mes) me decidí a reservar los vuelos para cumplir este sueño. Como otras veces, prefería hacer u viaje lineal y salir por un aeropuerto diferente al de entrada. Para la ida, opté por un vuelo Madrid – Calama (norte de Chile y frontera con Bolivia) y el regreso con un vuelo Lima – Madrid. De esta manera iría subiendo atravesando Bolivia y Perú hasta llegar finalmente a Lima. El sentido del viaje no es el tradicional ya que la mayoría de las personas con las que coincidí en el viaje entraban por Lima y hacían el recorrido al revés.
Como era un viaje de muchos días y no tenía claro del todo como iban a ser las diferentes excursiones y los días que iba a gastar en cada una de ellas, no llevé más que las reservas de las dos primeras noches en San Pedro de Atacama en el Hostal Ayni.
El vuelo de ida se hizo muy largo ya que tenía dos escalas, una en Miami y otra en Santiago de Chile con lo que entre autobuses, vuelos y escalas rondó las 35 horas. Los aeropuertos en estados unidos no tienen zona internacional así que para hacer el tránsito es obligatorio sacarse el visado ESTA, necesario para entrar en el país. Así que, cuando aterrizas hay que pasar inmigración, recoger el equipaje y volver a facturar.
Al llegar al aeropuerto de Calama (el más cercano a San Pedro de Atacama, a unos 100km), nada más pasar las puertas de salida te encuentras con un montón de mostradores donde te ofrecen diferentes autobuses, vans y transfers para ir a San Pedro de Atacama. Tras preguntar en varios y ver que todos tenían el mismo precio elegí el que primero salía porque ya estaba casi lleno. Como no tenía pesos chilenos y no quería cambiar en el aeropuerto pagué con tarjeta los 12.000 pesos, 15€, sólo ida. El trayecto dura una hora en la que vas recorriendo el desierto que separa Calama y San Pedro de Atacama.
San Pedro de Atacama está a 2600m de altitud por lo que es difícil sentir el soroche o mal de altura nada más llegar, sin embargo, estaba tan cansado del trayecto que este primer día sólo me dediqué a recorrer la calle Caracoles (el centro de San Pedro de Atacama se reduce a dos calles) y visitar un montón de agencias para comparar los precios de las excursiones que tenía en mente: Los géiseres del Tatio, el valle de la Luna y el salar de Uyuni.
Me quedé con pena de no hacer el Tour astronómico pero no me quedaban fuerzas.Tras dar muchas vueltas y regatear un poco decidí aceptar la oferta que me hicieron en mi hostel, el Ayni. Lo que me hizo decidirme por la oferta del hostel, a demás del precio unos 100€ los tres tours, fue que ninguna agencia de Chile puede operar en Bolivia, por lo que aunque vayas con con una buena agencia de Chile, te encontrarás otra cualquiera de Bolivia para hacer Uyuni. Así que, ¿que más da con quien coger el tour?.
Antes de ir cenar, decidí cambiar algunos pesos chilenos a bolivianos porque es obligatorio para hacer el tour de Uyuni llevar bs. El cambio de pesos a bs es malísimo en San Pedro de Atacama,se aprovechan bastante, hay que cambiar lo mínimo posible o intentar cambiar algo durante el tour. Tras el mal cambio me acerqué Restaurante Adobe en la calle Caracoles, un restaurante precioso, con música en directo y una fogata en mitad del salón. Comida rica, un kofta de cordero (un tipo de albódigas de cordero bastante especiadas) y media botella de vino chileno, 34€ y es que Chile no es tan barato como otros países, pero después de un día (de 48 horas) me merecía un buen homenaje.
Al día siguiente, se amanece muy muy temprano porque el transporte para ir a la excursión de los Géiseres del Tatio 5:30 AM para poder llegar antes del amanecer. Infusión de coca y a esperar con un frío importante. Desde San Pedro de Atacama se tarda como una hora en llegar así que se puede echar una cabezada por el camino. Los géiseres del Tatio son el tercer parque de géiseres más grande del mundo y se encuentran a unos 5.000m de altitud, segundo día y 5.000m iba con mucho miedo del soroche o mal de altura, pero me respetó, sin embargo aunque sabía que iba a hacer mucho frío los -12º me pillaron por sorpresa. Joder que frio, ni mis 5 capas hacían que no se me helaran las manos. Algunos tristas se llevaron las mantas de los hoteles porque no llevaban ropa de abrigo pero no parecía funcionar demasiado bien el invento.
El parque es una pasada y el frío otra, se te congela hasta la nariz. Después de dar una vuelta haciendo fotos entre la «niebla» empezó a amanecer, que gozada ver y obre todo sentir los rayos del sol. La agencia Flamingo improvisó un desayuno espectacular en una mesita de camping con mates calientes, pan, mantequilla, queso,… vamos un poco de todo que rico muy recomendable. Tras el desayuno y con el sol calentándonos un poco (la temperatura había subido hasta los 5ª) llegamos a una piscina de agua termal caliente rodeada de unos cuántos géiseres más. Los más valientes nos cambimos y nos metimos en el agua. El agua estaba templadita, mucho menos de lo esperado y la piel de gallina no tardó en aparecer. Salir del agua, intentar secarse y cambiarse fue duro de verdad con el frío que hacía.
Para las las 13:00 o así estábamos de vuelta en San Pedro, así que compré algo para llevar al hostel, comer allí y descansar hasta la hora de volver a Flamingo para ir al Valle de la Luna. El valle está ceca de San Pedro de Atacama por lo que mucha gente alquila una bici de montaña y va dando un paseo, si te encuetras con mucha energía no es mala opción pero sólo si estas en forma y con energía porque entre la altura y las cuestas finales por arena suelta no es raro darse la vuelta antes de llegar. La excursión es bonita, sencilla y bueno, no es lo mejor del mundo pero me gustó.
Se hacen un par de paraditas que creen que es de aventura. Primero, pasar por una mini cueva en las que hay que arrastrase un poco y así, pero una tontada que puede hacer cualquier persona prácticamente en 20 minutos y a la pata coja. Después se sube a la gran duna con un calor infernal que se hace bastante durillo, merece la pena, las vistas son muy chulas. Para terminar, se va ver la puesta de sol desde el mirador del coyote. El valle es bonito y el mirador del coyote se ha bautizado así porque desde cierto ángulo dicen que se parece al de el coyote y el correcaminos. Otra mesa de camping y cena preparada, una cena sencilla pero que nos entró muy bien. En diez minutos de vuelta a San Pedro de Atacama y empezar a soñar con Uyuni uno de los hitos del viaje.
3 Comments
No llegué hasta ese lugar pero tiene una pinta maravillosa 🙂 ¡Gracias por recomendar nuestro artículo del ESTA! Un saludo.
[…] también, al igual que el día anterior para las excursión de los géiseres del Tatio de San Pedro de Atacama y como iba a ser la tónica del viaje, tocaba madrugón (5:30am) para ir en van hasta la frontera […]
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